Un informe es un escrito, preparado generalmente a petición de alguien
con autoridad para ello, en el que se propone, en forma suficientemente
justificada, una recomendación que pueda dar solución a un problema.
Por su parte, un informe administrativo es un escrito destinado a dar
criterio para acciones de carácter operativo en las organizaciones:
compras, contrataciones, pagos, cambios de procedimientos, etc. Se
llaman tambien informes funcionales porque sus características obedecen a
la función que cumplen: pueden ser detallados para que los revisen
técnicos, generales para que decida personal del más alto nivel,
organizados de una manera u otra según se ocupe, etc.
El informe administrativo no se debe confundir con el informe técnico ni
con el reporte, escritos con los cuales comparte algunas
características. Los informes técnicos son trabajos de mayor amplitud,
preparados por profesionales o personal especializado, con el fin de
ofrecer lineamientos generales sobre asuntos de relativa trascendencia.
Por otra parte, los reportes son breves escritos, generalmente
formularios o notas, en los que se presenta información de interés pero
sin ningún análisis y, por tanto, sin incluir recomendaciones.
Los informes administrativos, en cambio, son preparados por empleados
con capacitación técnica, no necesariamente profesionales
universitarios, los cuales poseen un procedimiento previamente
establecido para analizar la información y una relativa definición de
las características del informe requerido. No obstante, los diferentes
tipos de asuntos que se plantean y la particular situación en la que se
requieren los informes, obligan a la creatividad en la investigación y a
la habilidad en la redacción del documento.
El informe administrativo puede consistir en un breve memorando o en un
fascículo de varias páginas. Lo fundamental es que el usuario sepa
cuáles son las opciones,
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